«La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre…».
«Freedom, Sancho, is one of the most precious gifts that heaven has bestowed upon men; no treasures that the earth holds buried or the sea conceals can compare with it…».
Mi próxima lectura, «Cómo hacer que te pasen cosas buena» de Marian Rojas Estapé. La autora comenta que tras su lectura entenderemos la importancia de aprender a enfocar la atención y de combatir los miedos y angustia.
Se podría decir que mejorar es hacer que una cosa sea mejor de lo que era. Sinónimos o términos relacionados serían progresar, prosperar, ascender, ganar, subir, modernizarse… Para alcanzar ese objetivo, en esencia, has de trabajar con lo que tienes a tu alcance, no preocuparte por lo que no tienes y esforzarte en aportar valor a lo que hagas.
El fracaso es la materialización de nuestros errores, es la confrontación de nuestras emociones, pensamientos y actos con nuestra realidad. Pero como Marian Rojas Estapé señala, el fracaso enseña lo que el éxito oculta. Además, una vez que este se presenta, la mejor opción es no rendirse, resistir la tormenta. Y cómo no, trabajar para dar comienzo al restablecimiento del equilibrio y volver a caminar.
Nuestra realidad emocional y nuestras reacciones a los acontecimientos parecen determinar nuestra felicidad. Marian Rojas Estapé propone que, «la felicidad no es lo que nos pasa, sino cómo interpretamos lo que nos pasa».
El amor, ese concepto al que muchos le atribuyen universalidad. Otros tantos lo dividen en categorías. Los científicos miran dentro del cerebro, ven conexiones y química.
Pero lo que sí que es cierto, es que todos buscamos un tipo de amor, el amor verdadero. Nos da igual el amor definido en Wikipedia, o el de cualquier otro diccionario.
Tan solo queremos que nuestras relaciones sean verdaderas e intensas. Y por supuesto, quisiéramos que fueran para siempre.
Os dejo otro pequeño escrito para esta semana de San Valentín.
Amanecer en tus ojos
El sol ha escalado su cima, más amanecido no ha. Menguando cae de su cumbre, más el ocaso llegado no ha.
Expectante estoy hoy, mirando el eclipse de mi corazón, pues ayer de festividades estuvimos, y sin despertar aún estás.
Astrónomo de tus soles, viendo tu despertar, ahora sí amanece, al ritmo de tu parpadear.
Ya salgo de mi eclipse, pues la luz veo en tu mirar, así pues, volvamos, a nadar a la mar.
How quotidian it feels, this beautiful simplicity, this preamble of feeling, this kiss.
Eyes tangled up in gazes, fires burning down borders, hands desiring to reach their destiny.
Lips falling in their gravitate, collapsing in their throbbing, closed eyes accompanying their feelings.
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Suenan, suenan las campanas, ¿por quién suenan? No, no suenan, doblan, doblan las campanas.
Por Santiago, Santiago el de la blanca flor, uno más que se fue, otro navegante sin destino.
Aquí seguimos, aquí siguen, con billetes comprados, billetes de clase única, a nuestros navíos sin destino.
Estas palabras las dedico a esas personas que poco a poco nos van dejando. Las escribí en el mismo momento en que cerca de mí, se estaba despidiendo a una persona conocida.
A continuación algunas de esas citas que algo tienen que ver:
«orgullosa agita su infinita cola de peticiones desoídas»
Tiránica esfera que a voluntad somete, con regueros de «quizás» vela sus respuestas, en senderos enredados sus destinos oculta, indolente compañera, que tantas negativas susurra.
Temperamento bipolar, cálido y frío lugar, de carácter inhóspito y tierno a la par, orgullosa agita su infinita cola de peticiones desoídas.
Esta, que con desdén desvía su mirada, aquejada en su oído de crónico descuido, sabedora de su poder, pues única es, capitana del vaivén que a su merced nos tiene.
Ahí vamos navegando, capeando su temporal, soportando su airado soplo, sometidos a capricho por su oscilar, saboreando amaneceres, llorando ocasos.
Oscuras mentes hunden sus raíces en las profundidades del corazón. Sostenidas en el sometimiento, victoriosas en el silencio.
Ocultando la injusticia, censores del justo, carceleros de la libertad y depredadores de la dignidad.
Enterrados en su oscuro pozo, la luz se hace punto lejano, se cae en su espiral infinita. Pero sus tiempos terminarán, sus abismos decaerán.
Lucha librada contra tiranos, conquista continua de corazones atrapados. La denuncia y la luz serán su derrota, las rejas su destino. La lucha continúa, hay muchos corazones por liberar.